Washington.- En un 2018 marcado por las elecciones legislativas, el presidente de EE.UU., Donald Trump, recrudeció su cruzada contra la inmigración con tuits, decretos y despliegues de tropas, que se han topado con la oposición de tribunales, gobiernos estatales e, incluso, con parte del estamento militar.
Consciente del rédito que le proporcionó el discurso del miedo en los comicios presidenciales de 2016 que le llevaron a la Casa Blanca, Trump adoptó en su segundo año de mandato un tono más virulento contra quienes aspiran a vivir en territorio estadounidense.
Estos ataques tuvieron un blanco preferente -los latinoamericanos- y un escenario bien definido- la frontera con México.