POR, RUBEN MORETA
La sanjuanera Lucía Medina brilla como Presidenta de la Cámara de Diputados de la República Dominicana.
Ella ha sabido manejarse con gran liderazgo, ascendencia y ecuanimidad en un escenario políticamente variopinto.
En su entorno, como se estila tradicionalmente en el país, la están convenciendo de que debe continuar al frente de la Cámara Baja.
Y todo parece indicar que el típico “vuelve y vuelve” se volverá materializar, a juzgar por los apoyos que viene concitando la dama, que es la primera legisladora sanjuanera que preside un órgano parlamentario.
Existe un vigoroso movimiento que pretende que ella continúe al frente de ese organismo, el cual está trabajando como hormigas al interior de la cámara, en los medios de comunicación y en las alturas del PLD.
La dificultad de Doña Lucía Yomaira Medina es que podría cruzar una línea roja de alto voltaje, representada por los acuerdos logrados en el Comité Político por las dos tendencias o corrientes del oficialista Partido de la Liberación Dominicana el 5 de julio de 2016, a partir de los cuales el pastel de la Presidencia de la Cámara de Diputados se repartirá “mitad a mitad”, -dos años para el grupo hegemónico de Danilo Medina y dos para el grupo del expresidente Leonel Fernández-, taxativamente indicados los nombres de quienes serían los que presidirán (Lucía, Maldonado, Camacho y Demóstenes Martínez).
Radhamés Camacho, Miembro del Comité Político, un histórico hombre del entorno del danilismo, y quien dicen sus íntimos, hizo y hace “piquito y bembita” con el Presidente por no haberlo designado Ministro de Educación, resultaría el perjudicado si la sanjuanera es dejada en el cargo. Los dos leonelistas seleccionados, dudo mucho que cedan.