BOGOTÁ.- La violencia sexual utilizada como arma de guerra en Colombia ha dejado desde el 1 de enero de 1985 la dolorosa cifra de al menos 26.534 mujeres afectadas, según cifras reveladas este sábado por la gubernamental Unidad para las Víctimas.
A propósito de la conmemoración este sábado del Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de Violencia Sexual, el Gobierno colombiano indicó en un informe que entre 2012 y el 30 de abril de 2019 han sido incluidas en el Registro Único de Víctimas (RUV) 26.534 afectadas por ese flagelo en el marco del conflicto armado.
La cifra de las mujeres que fueron objeto de los delitos contra la libertad y la integridad sexual incluye hechos ocurridos desde el 1 de enero de 1985, según la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras.
El director de la Unidad para las Víctimas, Ramón Rodríguez, afirmó que “en los últimos años 7.494 mujeres han recibido indemnización administrativa y 2.712 han participado en la estrategia de reparación”.
Con esta acción, el Gobierno pretende “reconocer la valentía, trabajo y resistencia de miles de mujeres víctimas de violencia sexual, reivindicar su dignidad y rechazar este delito”.
Como mecanismo preventivo de dicha violencia se han desarrollado acciones para generar condiciones de estabilidad socioeconómica a través de la promoción de acceso a educación, vivienda, identificación, seguridad alimentaria, salud, reunificación familiar y generación de ingresos.
Otras estrategias dirigidas a las víctimas del conflicto, que benefician también a las afectadas por las agresiones sexuales, son la “Estrategia de Recuperación Emocional Individual”, que brinda acompañamiento psicosocial y en la que han participado hasta abril de este año 1.115 mujeres, y la “Estrategia de Recuperación Emocional Grupal”, a la que han accedido 3.450 personas.
El procurador general colombiano, Fernando Carrillo, denunció este sábado en un acto público que “los delitos sexuales siguen en aumento desproporcionado a nivel nacional”.
Según Carrillo, “esas conductas tienen casi en un 90 % como víctimas a las mujeres”, por lo que se necesita “sacar los casos de la oscuridad y ponerlos en la mitad de las preocupaciones de la agencia pública”.
Precisamente, la periodista Jineth Bedoya Lima, secuestrada y agredida sexualmente el 25 de mayo de 2000 cuando realizaba una investigación sobre el tráfico de armas al interior de la Cárcel La Modelo de Bogotá, que involucraba a miembros de las ahora desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), este sábado de nuevo alzó la voz contra el delito que padeció.
“Por las víctimas y sobrevivientes de violencia sexual ni un solo día dejaremos de trabajar para reivindicar sus derechos, su dignidad, su justicia y su vida”, indicó la comunicadora en Twitter.
Desde 2009, Bedoya comenzó la campaña “No es hora de callar” para incentivar a las víctimas a denunciar y, finalmente, mediante el decreto 1480 de 2014 el Gobierno nacional estableció el 25 de mayo como el Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de Violencia Sexual.
“Las víctimas de violencia sexual en Colombia han roto el silencio con valentía. A pesar de la historia de violencia y guerra en el país han utilizado su experiencia como sobrevivientes dando un ejemplo de esperanza al mundo”, dijo a su turno la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un comunicado.
El organismo, que resaltó en el texto la labor de Bedoya, sostuvo que “la violencia sexual en los conflictos es una expresión extrema de la discriminación y violencia contra las mujeres, niños y niñas y una amenaza para la seguridad colectiva” ya que “sus efectos pueden transmitirse de generación en generación”