
Por Enerolisa Cabral.
Hoy, 14 de agosto, se cumplen dos años de la explosión que en 2023 tiñó de luto a San Cristóbal, un hecho que se sumó a una dolorosa lista de tragedias que han golpeado a esta provincia en las últimas décadas.
El siniestro, ocurrido en el centro de la ciudad, dejó un saldo de 38 personas fallecidas y al menos 59 heridas, varias en estado crítico, ingresadas en unidades de quemados debido a la gravedad de sus lesiones.
Las escenas que siguieron al estallido fueron de devastación absoluta: edificios reducidos a escombros, vehículos calcinados y gruesas columnas de humo negro cubriendo varias cuadras.
“Los cadáveres que están ahí están carbonizados. Pienso que para reconocer a muchas de las personas desaparecidas va a ser a base de ADN, porque no hay otra forma”, relató un residente conmovido por la magnitud de la tragedia.
Otros testigos recordaron que, en los primeros segundos, pensaron que se trataba de un terremoto. “Para mí no era una explosión, era como un temblor de tierra… después vi la bola de humo y me di cuenta de que era una explosión. Todo el mundo corría”, narró un sobreviviente.
Sin embargo, la explosión de 2023 no ha sido el único episodio de este tipo en San Cristóbal.
El 5 de septiembre de 2016, una detonación en la fábrica Productos del Trópico provocó la muerte de dos personas y dejó siete heridas.
Más atrás en la memoria, el 2 de octubre del 2000, la explosión del almacén de municiones de la fortaleza militar Antonio Duvergé conocida como “el polvorín”, que en ese momento funcionaba como centro penitenciario con cerca de mil internos, dejó dos muertos y generó daños significativos.
La historia reciente de San Cristóbal está marcada por estos episodios que han dejado cicatrices profundas en su gente. Dos décadas después del primero de estos eventos, la provincia sigue buscando respuestas.