Roselina Montero Díaz es una madre de cinco hijos que atraviesa por una de las peores situaciones de su vida: sin empleo, y sin vivienda para cobijarse junto a sus vástagos porque un incendio destruyó su casa y sus pocos ajuares.
Lo poco que consiguen para comer llega de la mano caritativa de sus vecinos, que no la han desamparado desde que el pasado miércoles, cuando un cortocircuito provocó el incendio en horas de la tarde.