Por: Rubén Moreta
Córbano es una leguminosa endémica en Antillas Mayores, que crecía virgen en la parte oeste de San Juan. El populoso barrio con ese nombre en San Juan de la Maguana se levantó en torno a un almacén de acopio de maní que levantó una empresa privada en el lugar (la Sociedad Industrial Dominicana SID).
Esta empresa -la SID- inició la fabricación de Aceite de Maní en República Dominicana durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, quien era el genuino dueño de esa industria.
La Manicera, como popularmente fue llamada la SID, se trasladó al fértil Valle de San Juan a estimular la siembra del maní, alimento de origen precolombino, cuya existencia se conoce en América del Sur desde hacen más de tres mil quinientos años.
Miles de tareas fueron plantadas de maní desde el Río Yaque del Sur hasta Carrizal. La Manicera ofrecía un contrato asegurado a los agricultores sembradores que incluía la entrega de cimiente, un paquete tecnológico, asesoría, préstamo y finalmente, la compra de esta legumbre a precios razonables.
Para amontonar el maní, la SID instaló un Almacén de Acopio en un área superior a los siete mil metros cuadrados, en la parte oeste del municipio de San Juan de la Maguana, donde empleaba a cientos de trabajadores en el período de cosecha para atender el curado o secado, aplicación de protección contra contaminación postcosecha o plagas, limpieza previa y almacenamiento.
En torno a este almacén de acopio, se fueron instalando viviendas, la mayoría habitadas por trabajadores de la Manicera.
En 1979, tras el azote del Huracán David y la Tormenta Tropical Federico, el gobierno de Antonio Guzmán Fernández dispuso trasladar a decenas de familias damnificadas de la Mesopotamia, Guachupita y Quijada Quieta a residir temporalmente en la parte sur del Córbano, en unas barracas (viviendas toscas de un agua) construidas a vapor.
La población sanjuanera, incluidos gentes de medios de comunicación, corrompió la palabra barracas por barrancones. Ese nuevo asentamiento humano fue llamado indistintamente como “los barrancones” o “los damnificados”.
Las barracas del Córbano eran supuestamente transitorias, pero debido a la actitud indolente e insensible de gobiernos sucesivos, se hicieron moradas permanentes de los afectados por el paso del tormentoso ciclón David, la noche/madrugada del 31 de agosto de 1979 y la tormenta Federico, un verdadero leviatán, cuatro días después.
Agricultores que tenían predios agrícolas cercanos al Córbano, en la parte sur, como Don Eusebio Alcántara (Lalo), procedieron a “urbanizar” esos predios y venderlos por solares, ampliando la población del lugar. Esto dio lugar al surgimiento de Barrio Nuevo-Santomé, un segundo ensanche del Córbano. Igual hicieron dueños de predios de la parte norte, hasta convertir a esa barriada en la más poblada del municipio de San Juan de la Maguana, con el 33% de toda la población del municipio.
Hoy se habla de “Los Córbanos” (norte y sur). El norte se fue poblando en la bifurcación hacia la carretera secundaria que va al Distrito Municipal de Hato del Padre.
En fin, Córbano, El Córbano o Los Córbanos son el gran receptáculo de la progresiva urbanización que se vive en San Juan de la Maguana, debido a la indetenible migración rural-urbana.
El sitio donde se instaló la Sociedad Industrial Dominicana (SID) en este municipio sureño lo llamaron Córbano o el Córbano, debido a que en ese lugar abundaba una planta espermatofita o fanerógama que lleva ese nombre, cuya denominación científica es albizia berteriana, nombre obtenido en honor al botánico italiano Filippo del Albizzi, quien la introdujo en Europa en el siglo XVIII.
La planta Córbano pertenece a la familia de la leguminosa y es una especie endémica del Caribe (Cuba, Jamaica, Haití y República Dominicana).
El autor es Profesor UASD.