Por Rubén Moreta
La provincia de San Juan posee un encanto particular. Es tierra de magia, fantasía, color, pasión y alegría. Es solar donde se conjugan símbolos y elementos culturales identitarios que dan expresión a la dominicanidad.
Es tierra de matices únicos, donde historia y cultura se hibridan y construyen un gran referente particular de “lo dominicano”.
Quien visita este icónico terruño queda eclipsado por su belleza embriagadora y los rasgos sobresalientes de su arquitectura, monumentos, parques, agropecuaria, gastronomía y definición socio-antropológica.
San Juan es la tierra de los caciques bravíos Caonabo y Enriquillo, de la enérgica y seductora Anacaona y del heroico Liborio Mateo. En estas tierras vivió, luchó y murió Sebastián Lemba. Es el suelo que parió a Timoteo Ogando y su familia, quienes ofrendaron su vida en la construcción y defensa de la patria. Es cuna adoptiva del general Cabral y templo del bautismo de sangre del generalísimo Máximo Gómez.
Todos nuestros visitantes quedan atraídos por la magia de la sanjuaneridad. Y nos siguen visitando una y otra vez, fascinados por la ciudad, sus gentes y perfiles culturales singulares.
Anímese a visitar a San Juan. Quedará atraído.
El autor es Profesor UASD.