Estados Unidos procura mantener su hegemonía mundial practicando políticas de hostigamiento económico hacia países como China, Rusia, Irán, Corea del norte, Siria, Venezuela, Cuba y Nicaragua. Igualmente, Washington, en la actual Era Trump se aleja del multilateralismo al enfrentar a aliados tradicionales como La Unión Europea.
En 2019 se observa la consolidación de un escenario multipolar, con actores de gran influencia a escala planetaria como China, Rusia y otros a escala regional, como Irán o Arabia Saudita en el medio Oriente.
A nivel económico, China sigue consolidándose como un jugador estelar en la economía mundial y viene ampliando su penetración en Latinoamérica, con nuevas relaciones diplomáticas a partir del 2018 en Panamá, El Salvador y la República Dominicana, donde el gigante asiático ha anunciado importantes inversiones.
La fuerza de China no solo se evidencia en el comercio y las finanzas internacionales, sino que ya exhibe progresos importantes en desarrollo tecnológico y la carrera espacial.
Rusia, bajo el liderazgo de Vladimir Putin, está logrando un reposicionamiento geopolítico, a partir de su recuperación económica y de un progreso tecnológico notable. El papel jugado por Moscú en la guerra en Siria y la expulsión de Isis, con una notable eficacia y eficiencia, es la evidencia de nuevo aire de esta potencia. De igual forma, Rusia mantiene una relación muy estrecha con China que lo llevaron a firmar acuerdos por más de cien mil millones de dólares en septiembre del año pasado, y existe el interés de ambas naciones por destronar el dólar como moneda de intercambio mundial, por lo que China procura fortalecer el yuan y Rusia el rubro.
En resumen, Estados Unidos no está solo pautando las directrices geopolíticas. Un nuevo orden mundial multipolar sigue en proceso de afianzamiento.
El autor es Periodista y Profesor UASD.