CARACAS.- El jefe del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, reconocido por una cincuentena de países como presidente encargado, pidió este sábado “confianza” en su hoja de ruta para desalojar del poder al mandatario Nicolás Maduro, que esta misma jornada insistió en sus acusaciones contra él.
Este sábado se cumplieron dos meses desde que el líder de la Cámara se adjudicara las competencias del Ejecutivo ante la “usurpación” que, considera, hace Maduro de la Presidencia.
“Les pido su presencia en las calles y un intangible: confianza, no en Juan Guaidó, confianza en ustedes (…) en que lo vamos a lograr”, dijo el opositor en un mitin con miles de simpatizantes en el estado de Anzoátegui (noreste).
Guaidó dijo que ha “avanzado” y obtenido “victorias” y aseguró que Maduro está “derrotado”.
“Ya está derrotado el anterior Gobierno, nosotros vamos a escribir la historia”, añadió al insistir a sus seguidores que deben organizarse para marchar “pronto” al palacio presidencial de Miraflores, donde espera reclamar una oficina.
Pero, pese a su optimismo, Guaidó aún no controla las instituciones del Estado ni ha podido convencer a las Fuerzas Armadas, que en público se declaran defensoras del pensamiento político del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), de darle la espalda a Maduro.
El analista político Dimitris Pantoulos dijo a Efe que en los últimos dos meses Guaidó ha captado más apoyos fuera del país que dentro, donde además ha elevado mucho las “expectativas” de sus seguidores.
El ministro de Información de Maduro, Jorge Rodríguez, acusó este sábado a Guaidó de haberse hecho, con ayuda de sus aliados internacionales, con activos y cuentas venezolanas en varios países por el orden de los 30.000 millones de dólares en una comparecencia en televisión.
Rodríguez se refirió a la detención el jueves pasado del jefe del despacho de Guaidó, Roberto Marrero, y mostró varias conversaciones en una red social del teléfono móvil en las que supuestamente quedaban en evidencia las intenciones del opositor.
El ministro señaló a Guaidó y a todo su partido Voluntad Popular (VP, la formación de Leopoldo López), de estar detrás de una trama con paramilitares centroamericanos para cometer atentados contra varias personalidades del chavismo, sin mencionar ninguna.
También dijo que un grupo de centroamericanos ejecutarían “falsos positivos” vistiendo el uniforme de la Fuerza Armada venezolana y que servirían de excusa para un llamado a huelga general y un “asalto” al palacio presidencial.
Según el ministro, los paramilitares ingresaron al país hace un mes desde Colombia, cuando la oposición intentó ingresar la ayuda humanitaria que se acopia en las fronteras.
Además, acusó a Guaidó de “robar” dinero de cuentas venezolanas en el exterior para financiar estas operaciones de terrorismo, para las cuales se destinarían hasta 700.000 dólares por día.
El propio Maduro secundó estas acusaciones después en un mitin con seguidores en las inmediaciones del palacio presidencial de Miraflores, y puso énfasis en Guaidó, a quien calificó como un “títere diabólico” de Estados Unidos.
“No va a haber payaso, no va a haber títere que pueda con el pueblo de Venezuela (…), la derecha proimperialista y fascista ante el fracaso de sus planes políticos quiere la violencia, quiere la muerte, quiere el terrorismo”.
Además, el gobernante informó que fue apresado el cabecilla de la banda criminal “Los rastrojos”, Wilfrido Torres Gómez -alias “Neco”- solicitado en Colombia por hechos delictivos en la región de Puerto Santander.
“Hemos capturado al jefe de ‘Los Rastrojos’ en el estado Carabobo, y está aportando testimonios y pruebas de quién lo contrató, de para qué lo trajeron a Venezuela”, dijo el mandatario.
Maduro pidió al chavismo estar atento de las acciones que adelanta la oposición.
“De rumba en rumba, pero ojo pelao, mosca”, dijo a sus simpatizantes, que corearon consignas como “leales siempre, traidores nunca”.
Venezuela atraviesa una nueva etapa de crisis política luego de que Maduro jurara en enero pasado un nuevo mandato que no reconocen la oposición y parte de la comunidad internacional y, en respuesta, Guaidó proclamó un Gobierno interino, que ya ha sido reconocido por una cincuentena de naciones.