SAMANA, La mayoría de las familias que fueron desalojadas hace cinco años en la comunidad Cueva de Agua, de este municipio, llevan tres años y cinco meses viviendo en condiciones precarias e infrahumanas dentro de unas cuevas en Las Galeras.
La desesperación se apodera cada día de 38 familias: una parte de ellas decidió vivir en cavernas, como en la época de la prehistoria, y otra se ha alojado en casas de familiares después de haber ocupado la Gobernación Provincial durante casi un año.
Eladio Rodríguez (Lalito) y Ezequiel de la Cruz se quejan de las alegadas falsas promesas del gobernador Enriquillo Lalane, quien a su llegada a la sede, en septiembre del 2012, “nos dijo que iba a sacarnos con el compromiso de construirnos una vivienda digna y resulta que vivimos como pájaros sin nido”.
Las familias, creyendo en las palabras de Lalane, salieron de la Gobernación el 3 de septiembre del 2012.
Inseguridad. En el lugar el peligro está al acecho pues la gente convive con culebras, ciempiés y cacatas. Allí no hay suministro de agua ni servicio eléctrico, utilizan velas y focos para alumbrarse; los niños confrontan dificultad para asistir a la escuela más cercana ubicada a varios kilómetros y los vehículos se desplazan por un camino vecinal lleno de hoyos. Lo peor es que, señalan, carecen de recursos para cubrir sus necesidades. “Vivimos de la pesca y la agricultura, a veces hasta eso se nos dificulta”.
Manifestaron que están expuestos a contraer enfermedades, tal como ha sucedido, debido a las inclemencias del tiempo. La zona, indicaron, suele estar las temperaturas frías. A eso se suma que cuando llueve “el agua penetra a las cuevas, se nos moja todo y no quiera usted imaginarse”, dijeron.
Recordaron que en diciembre del año pasado uno de los desalojados falleció por quebrantos de salud y su cadáver fue velado en la cueva que compartía con una hija. Lo mismo, advirtieron, le puede ocurrir a doña Delia Vilorio, una anciana de 80 años que está paralítica.
Propiedad privada. Un grupo de familias ocupa un inmueble que pertenece a un extranjero que en mayo próximo necesita que le desocupen, por lo que los desalojados dicen que se sienten bajo presión porque no tienen dónde ir.
Terrenos. El gobernador Enriquillo Lalane dijo que, a pesar de tener la aprobación para la construcción de un proyecto habitacional, ha sido una tarea difícil poder localizar terrenos que sean propiedad del Estado dominicano para reubicar a estas familias. “Cuando aparece un terreno privado, por ejemplo, entonces el precio es sumamente elevado. Pero seguimos trabajando junto a instituciones dispuestas a buscar una solución a este problema social”, acotó el funcionario.