Cada cierto tiempo, surge una Camada de gentes que cree tener la capacidad para ser Periodistas.
A veces por las Campañas Políticas, otras por las jornadas de luchas populares, también por los cuatrienios presidenciales, etc.
1.-En el caso de las campañas proselitistas, ocurre cuando un partido político con pocos profesionales de la comunicación recurren a buscar a aquellos personajes con verbos fluidos y bien coordinados, para que les realicen espacios, luego que pasan estos procesos casi siempre si el partido de la preferencia del mismo gana el poder, estas figuras siguen la producción de estos programas en ocasiones con nombres distintos o abren otros espacios al haber hecho el ejercicio antes mencionado.
2.-En lo que tiene que ver con los líderes populares, tras haber sido figuras públicas a las que los medios tradicionales les han dado mucha participación, estos se creen también con el aval para competir con los profesionales de la comunicación, siendo contrapartes en espacios de amigos y luego aparecen con sus propios espacios consiguiendo el respaldo de empresas que son sindicados entre comillas.
3.-Finalmente en el caso de los períodos presidenciales, muchas figuras políticas que no alcanzan a lograr el respaldo con una función publicas, sin tampoco ser profesionales de la comunicación recurren a estos medios para de esa forma recibir algún beneficio, con programas sin ningún tipo de criterio profesional. De ahí que son programas que solo tienen vigencia mientras dure el indicado grupo en el poder.
En definitiva los tres casos son fruto de la circunstancia, pero peor aún, no hay ninguna institución con capacidad para regular esta práctica, lo cual va en desmedro de los que durante mucho tiempo dedicaron su esfuerzo para prepararse como profesionales de la comunicación acudiendo primero a las universidades y luego haciendo su pasantía ejerciendo el oficio.
Ahora con las redes Sociales, basta con que alguien se decida a tener un portal en la internet para por esa vía comercializar la labor periodísticas, pues sin serlos, se hacen llamar periodistas y si no se hacen llamar, discretamente se hacen pasar como tales, sin siquiera haber hecho un simple curso de Locución avalado por la Comisión Nacional de Espectáculos públicos y Radiofonía o haber estudiado en la escuela de la vida, donde el empirismo te de los créditos necesarios para lograr el respeto social.
Por suerte estos sabichosos no pueden engancharse a médicos, abogados, ingenieros o educadores, mientras tanto, entiendo que el Colegio Dominicano de Periodistas, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa y el Círculo de Locutores Dominicanos, deben aunar esfuerzos para regular esta práctica que a todas luces va en perjuicio de los miembros de esas instituciones.
Por Peter Pablo Mateo
El autor es Licenciado en Comunicación Social