PARÍS.-
El “caso Benalla”, desatado por la agresión a manifestantes de un jefe de seguridad de la Presidencia francesa que se hizo pasar por policía, ha provocado la mayor crisis política del mandato de Emmanuel Macron, ante las sospechas de que el Gobierno trató de silenciar los hechos.
Cada nueva información sobre el escándalo desangra un poco más a Macron y su Ejecutivo, que comienzan a verse acorralados por una oposición que ya demanda