El educador es el encargado de formar a sus alumnos en función de los hechos y fenómenos que ocurren en la sociedad, debido a que le corresponde moldear su comportamiento en base a la incidencia de estos en el medio en que se desenvuelve.
Es su responsabilidad asumir un pensamiento crítico sobre el modelo educativo, el currículo vigente y la filosofía que se adopta desde el Estado para poder educar a sus alumnos en función del cuestionamiento que debe producirse en el aula acerca de la conveniencia o no de su aplicación.
Es su deber promover la defensa de la identidad cultural y social, la defensa de la soberanía nacional, económica y política de cualquier intromisión extraña a los intereses nacionales.
Es papel de cada maestro que educa aprovechar las potencialidades que brindan los contenidos que las asignaturas ofrecen para ayudar a los alumnos a construir su porvenir y desarrollar su pensamiento crítico de modo que no reciba el proceso de aprendizaje como un simple espectador ni mucho menos como un repetidor de ideas ya elaboradas y transmitidas sin discusión ni razonamiento critico y lógico.
Asumir la sentencia Martiana referida a,” preparar a un pueblo para defenderse, y vivir con honor, es el mejor modo de defenderlo”. Por esta razón constituye una alta responsabilidad en los educadores formarse en el patriotismo porque, además de servirle para la defensa de la identidad del país, ayuda a desarrollar estos principios en las nuevas generaciones, lo cual presupone una alta dosis de conocimientos, sentimientos y convicciones que rijan su conducta práctica y cotidiana.
Es una tarea de cada educador enseñar a reflexionar sobre el pasado a los fines de contribuir a asumir el presente con voluntad transformadora, no puede prescindir de educar en el razonamiento, en el ejercicio del pensar, saber explicarse, saber formularse el por qué de las cosas y seguir encontrando nuevas interrogantes.
De acuerdo con Horacio Díaz Pendás (2006),” el pedagogo no puede estar divorciado del conocimiento histórico. Sin cultura histórica básica, poco podrá hacer un educador, al que se le hable entre otras cosas de: diagnóstico , objetivos, métodos, niveles de desempeños cognitivos, asuntos que por atinados que puedan ser y que sin duda lo son ,se vuelven estériles, si no encuentran terreno abonado desde el punto de vista cultural”( Seminario Nacional para Educadores).
Es una gran tarea de los educadores, sobre todo, los del área de Ciencias Sociales, encargarse de enseñar a sus alumnos representaciones correctas de los hechos y los fenómenos que le rodean
con el arte de la palabra, narrar lo sucedido tratando que se aproxime a valoraciones de acuerdo a su nivel sobre los lideres que conocen, los hombres que contribuyeron con su sacrificio a crear y sostener la patria, o sobre los hechos que forman parte fundamental de la memoria histórica de cada país.
Por vía de consecuencia debe asumir una dirección del aprendizaje que ayude a que los alumnos puedan ejercer su criterio, interpretar con sus propias palabras, lo que leen, escuchan, u observan. Debe hablar o narrar con hermosura y sentimiento para que su clase sea una fiesta de conocimientos en la que los alumnos eleven sus motivaciones con respecto a lo que se estudia. De esta manera el trabajo del educador docente adquiere un valor extraordinario y el alumno que sale de ese tipo de aula puede actuar con independencia propia, puede pensar y actuar críticamente, y, a su vez, podrá apegarse con determinación a la defensa de su identidad y de su patria.
Ahora que se inicia la promoción de actividades para resaltar el valor incalculable de nuestros creadores de la nacionalidad, es necesario leer estas ideas, trasladarla al aula donde desarrollamos nuestra labor docente para poder conmemorar estos días promoviendo valores que garanticen la permanencia del ideal que nos legaron nuestros fundadores de la República desde la fundación del instrumento político (La Trinitaria) que organizó la sociedad que cumplió con ese sagrado deber.
LA ESCUELA AGUARDA POR ESE TIPO DE MAESTRO, EDUCADOR, DOCENTE.
Por Roberto Rosado Fernández, educador.