SANTO DOMINGO. Al “Rey del Merengue”, Joseíto Mateo, no se le podía despedir con tristeza. Vivió por y para la música, y con ella se le debía rendir el último tributo.
A ritmo del tema “El negrito del batey”, inspirado en él y que por tanto tiempo interpretó, familiares, amigos, fanáticos y los pocos artistas que se dieron cita en el cementerio Puerta del Cielo, su última morada, fueron sepultados los restos del artista, quien falleció el viernes a los 98 años.
Sin poder contener las lágrimas, su hijo, Joseíto Mateo junior, agradeció en nombre de la familia el apoyo recibido en la despedida.
“Estas lágrimas son más de regocijo que de tristeza, mi padre lo que trajo fue alegría y así tenemos que despedirlo. Dios me dio la oportunidad de tener un padre famoso y amado por todos”, destacó.
Este día -continuó- “jamás lo olvidaré, sé que los que están aquí aman a mi padre, su legado, su bondad y su alegría. De corazón les doy las gracias”, dijo el vástago del cantante.
En tanto que los fanáticos presentes dijeron que “con Joseíto Mateo se fue un gran ícono de la cultura dominicana” y que asistieron en “su honor y gloria a un grande de la música, un ejemplo de la comunidad”.