El presunto asesino de la niña de 11 años Rosaily Maite Gil Rivera, en Higüey, la habría enviado al colmado a comprar refresco antes de cometer el hecho. Santos Cedano, un mecánico de 32 años, quien se sumó a la búsqueda de la niña desaparecida, al ser cuestionado por las autoridades tras su apresamiento, admitió que la violó y la ahorcó.
En el hecho también se involucra a Miguel Ángel Espiritusantos, persona esta que había participado en el ocultamiento del cadáver de la niña, el cual fue lanzado en unos matorrales de la Otra Banda.
Asimismo, el vocero de la Policía, coronel Frank Durán Mejía dijo que durante la investigación no se pudo determinar que el dominicano Pedro Antonio Rodríguez Santana (Yoyo), quien llegó al país procedente de Colombia tuviera participación en el crimen de la niña. Sostiene que por el contrario, Rodríguez Santana fue de gran ayuda en la investigación.
Conforme con el informe preliminar, Cedano manifestó que aprovechó que la niña pasaba por el frente de su residencia, momento en que la llamó y le pidió que le comprara un refresco en un colmado cercano.
Narró que cuando la infante regresó, la invitó a entrar a su casa a llevarle el refresco. Fue en ese momento cuando la agarró, la desnudó, la tiró al suelo, la violó y finalmente la ahorcó.
Posteriormente, Cedano pidió a Espiritusantos que le ayudara a deshacerse del cadáver de la niña.