El desamparo por parte del gobierno ha llevado a los productores agrícolas a instalar un campamento en el lugar denominado El Polvorín, dentro de sus parcelas que estuvieron cultivadas de plátano, guineo, limones y frutos menores que fueron destrozados por los equipos pesados de la empresa azucarera extranjera.
“Este año dicha celebración (del Día de la tierra) nos encuentra con grandes desafíos para nuestra región”, dijeron los curas.
A continuación se refirieron a muchos campesinos que no tienen una porción de tierra propia de cultivar y “de otros que tienen que vivir con impotencia la cruda realidad del desalojo de sus tierras cultivadas”.
La tierra, precisaron, es nuestro hogar común y la herencia que debemos preservar para generaciones futuras.