Mientras el Ministerio de Medio Ambiente negó que se esté extrayendo arena de áreas protegidas de Las Dunas de Baní, autoridades banilejas, ecologistas y defensores del medioambiente expresaron ayer su preocupación tras enterarse de que las excavaciones clandestinas de arena y la depredación boscosa de ese monumento natural continúa de manera impune.
El alcalde Santo Ramírez considera que el Ministerio de Medio Ambiente debe poner mayor vigilancia a este patrimonio ecológico para detener e impedir las agresiones frecuentes a que es sometido por grupos que buscan beneficios particulares.
El senador Milcíades Franjul se manifestó en contra de este atropello y reveló haber sometido un proyecto de resolución al Congreso para modificar la Ley de Áreas Protegidas y declare a Las Dunas “Parque Nacional”, para “garantizar la conservación y preservación de muestras representativas de los diferentes ecosistemas y del patrimonio natural de la republica dominicana”.
Ayer se esperaba la visita de una comisión de Medio Ambiente, indicó la gobernadora Ángela Yadira Báez, que haría un descenso en el sitio de las excavaciones.
Pero, pasadas las 6:00 de la tarde, se informó que esta no había llegado a esta ciudad.
Listín Diario publicó ayer un amplio reportaje en el que da cuentas de grandes socavones que hieren las entrañas de las milenarias montañas de arena, de Las Dunas de Las Calderas, así como toda su endémica y particular vegetación.
Ante esta noticia, también reaccionó Fabio Herrera Miniño, del Patronato de Rescate y Protección del Cerro Cucurucho de Peravia, precisando que la noticia sobre la depredación de nuestras Dunas “resulta altamente preocupante”.
“En estos hechos hay complicidad y falta de sanciones ejemplares”, aseguró Herrera Miniño.
Ismael Díaz Melo, miembro de la Sociedad de Arquitectos Banilejos, dijo que, desde hace años, son recurrentes las llamadas de alerta ante las constantes agresiones que sufre el monumento de Las Dunas, un patrimonio catalogado entre los diez mejores atractivos turísticos de nuestro país”.
Lo grave de esta situación, precisó, “es que este parque tiene una dotación de empleados a los cuales se les paga para protegerlo “y, todavía peor, es que dentro de esta reserva natural está enclavada la Base Naval de Las Calderas”.
“El pueblo está pagando los salarios a funcionarios y militares para que protejan nuestro patrimonio natural y estos se muestran indolentes, o por su sospechosa indiferencia ante estas agresiones parece que también son parte del problema”, manifestó, indignado, el arquitecto.
Mientras tanto, el ecologista Alexis Agramonte se preguntó “cómo es posible que todo el mundo vea aquí lo que está sucediendo con las Dunas, el daño permanente, menos las autoridades que están para cuidarlas”.
Fuente: Listin Diario