“Lo peor de parte de una sociedad manipulada por la política, es ver a pobres defendiendo a ricos culpables de su pobreza”, así se expresa Paulo Coelho tratando de buscar la razón por la que los pobres actúan en función de las orientaciones que trazan los que durante mucho tiempo se han apoderado de las riquezas de los pueblos.
Es que no poseer riqueza se ha convertido en un pandemónium para todas las sociedades. Los que la poseen determinan quienes ejercerán el poder, quienes dirigirán las instituciones, las empresas y, últimamente hasta la forma de pensar de la gente.
Todos los espacios productivos están en manos de pocas gentes los que los utilizan para incrementar su fortuna con el trabajo de los pobres, los que deben vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario que no le permite resolver los problemas que se presentan en el desenvolvimiento de su vida cotidiana.
La apropiación de los bienes por un grupo reducido de la sociedad hace dependiente a los asalariados a los cuales no le permiten ni siquiera organizarse a menos que sea para servir a los intereses económicos de sus empresas o para fortalecer sus intereses personales.
A mas riquezas de los pocos, mayor pobreza de las grandes mayorías, los que ven disminuida la posibilidad de insertarse en el mundo productivo y obtener recursos con que educar a los hijos, darle alimentación adecuada, vivienda adecuada e insertarlos en la búsqueda de mejores oportunidades que le permitan cambiar su status en la sociedad, mas amenazas, menos oportunidades.
Todos estos poderes económicos le permiten influir en la vida política de tal manera que establecen mecanismos de control tan absoluto que todo lo pone a su servicio y hasta las malas acciones de los que dirigen en las instituciones las hacen pasar como buenas y dignas de imitarse por toda la ciudadanía.
Los líderes políticos actúan en base a la defensa de sus intereses económicos a menos que corran el riesgo de ser destituidos y sacados de su agenda de beneficiarios permanentes.
Con estos a su favor las instituciones del estado insertan en sus planes lo que garantiza su riqueza y lo que le permite control para seguir dominando a la mayoría de la población.
Sus yerros son pasados por alto, y, si alguno se escapa y toma cuerpo en la sociedad mueven sus resortes en el poder judicial para anularlo por insuficiencia de prueba y, además, incidir en el poder mediático para que no tome partida y con ello borrar ese episodio en todos los medios por los cuales se pueda promover.
Así las cosas hay un aparente apoyo de toda la sociedad a los acaparadores de las riquezas fundamentado en la fuerza que ejerce el dinero para controlar los mecanismos que callarían todas las acciones que, de conocerse producirían cambios sustanciales mediante los cuales se cuestionaría sus riquezas y los pobres tendrían mayores oportunidades para el acceso a las riquezas que controlan y que le hacen exhibir tanto poder y tener tanto control.
Ojala que se pueda conocer y actuar por vía de consecuencia. La frase de Coelho, debe ser analizada, principalmente por las grandes masas excluidas por cientos de años de los beneficios de las riquezas que la naturaleza proporciona, tomada por los que han hecho fortuna con su explotación, en franco detrimento de las mayorías odiosamente empobrecidas.
Autor; Roberto Rosado Fernández
Profesor UASD San Juan de la Maguana.