Por Cristian Hidalgo
A principios de la década del 30, un viejo arco de madera se exhibía en la intersección formada por la avenida Independencia y la calle Colón de la ciudad de San Juan de la Maguana. Para la época, las viviendas y demás construcciones que se erigían eran de ese material. No fue sino hasta después del año 1933 que un grupo de prominentes munícipes sanjuaneros, previo a un programa de importantes obras de hormigón armado que construiría el presidente Trujillo en San Juan, tales como el Palacio Municipal, el Hotel Maguana y el Palacio de Justicia, lograron construir el Arco del Triunfo de San Juan, bajo la dirección de Guillermo Prince e inaugurado en el año 1939.
Este importante monumento es nuestro orgullo, nos identifica en todo el mundo; elevado contiguo al Palacio Municipal es una obra impresionante e imponente que a través de los años ha mantenido su esplendor y brillo como si hubiese sido construido en este mismo momento. El monumento representa nuestro sentimiento patrio, nuestra gratitud y respeto para todos esos héroes que entre otras tantas actividades bélicas ofrendaron sus vidas para que hoy usufructuemos esa libertad de la que tanto presumimos.
Esos héroes fueron feroces guerreros y protagonistas en la Batalla de La Estrelleta, en donde Valentín Alcántara y Antonio Duvergé conjuntamente con el coronel José Joaquín Puello, impusieron su destreza en la frontera sur, en septiembre de 1845. No menos métitos obtuvieron nuestros triunfadores héroes a la cabeza del General José María Cabral y Luna sobre el ejército invasor del emperador Faustino I de Haití, en la Batalla de Santomé, el 22 de diciembre de 1855; y el triunfo de Timoteo Ogando en Sabana Mula, dos días después de esta.
Muy pocas personas ignoran el valor de un monumento. No me imagino al alcalde de la ciudad de New York, Bill D’Blasio embadurnando todos los años la emblemática Estatua de la Libertad; o Anne Hidalgo, alcaldesa de París embarrando la Torre Eiffel; Aquí en el patio tampoco me imagino a un Abel Martínez emporcando el histórico Monumento a los héroes de la Restauración (si demente se llegara a poner, los santiagueros no se lo permitirían). Los monumentos son sagrados y merecen respeto.
Que las actuales autoridades de la alcaldía municipal embellezcan el entorno de su palacio y áreas adyacentes, es algo que debemos aplaudirles y celebrsrles, ya que estamos en navidad; la decoración llena de luz y brillo a la ciudad. Sin embargo, que se hayan dispuesto a profanar el mas importante monumento que tenemos los sanjuaneros, nuestra figura mas emblemática, es deplorable, inaceptable, inadmisible, imperdonable y bajo ninguna circunstancia el pueblo se lo debe permitir. Los que no tienen sentimientos patrios, deben irse a inventar a sus propiedades personales, pero es una aberración que nuestro Arco del Triunfo haya sido invadido por malas personas que poco les importa nuestro sentimiento patrio.
El pueblo de San Juan de la Maguana y todo el país les agradece a los actuales ediles y demás autoridades municipales, que nos vistan de esplendor y brillo; que hagan su navidad feliz, su parque de luces convierten en espectaculares las noches del entorno del Palacio Municipal; pero que por favor no profanen la solemnidad de nuestros monumentos, respétenlos, muy especialmente el emblemático Arco del Triunfo de San Juan. Que esa actitud no se repita nunca mas.
¿Usted qué opina?