Córdoba.- En la oscuridad previa al amanecer, cientos de
migrantes comenzaron a recorrer el lunes la etapa más larga y ambiciosa de su
caravana: casi 300 kilómetros hasta la Ciudad de México, donde esperan negociaciones entre los gobiernos de México y
Estados Unidos que les permitan llegar a la frontera estadounidense.
José Hueso, un soldador de 51 años de San Pedro Sula, Honduras, dijo que no aceptará nada más que llegar a la frontera. “La Ciudad de México es una escala para esperar mientras nos abren el camino para el norte”, dijo a The Associated Press.
Incapaz de encontrar trabajo en su ciudad, con una alta tasa de criminalidad, Hueso espera enviar dinero a sus dos hijos.
Cubriéndose del frío de la mañana con un suéter donado, reflexionó sobre el largo viaje por delante. “Puede que no lleguemos a México…puede que agarramos todo el camino de un jalón…. Pero no hay que separarse de la
caravana, nunca, es nuestra seguridad”.
Yuri Juárez, de 42 años y quien cerró su cibercafé en Villanueva, Guatemala, después de ser asaltado y extorsionado por miembros de una pandilla, sopesó sus opciones: solicitar asilo en México o
Estados Unidos. “Yo sé que la violencia está más fuerte en Honduras.