Por Manny Ortega
El Covid-19 es una enfermedad infecciosa provocada por el virus SARS-CoV-2. La mayoría de las personas que padecen COVID‑19 sufren síntomas de intensidad leve a moderada y se recuperan sin necesidad de tratamientos especiales, sin embargo, algunas personas desarrollan condiciones graves, por lo tanto, necesitan atención médica urgente dependiendo la condición patológica que presente el paciente.
Como todo profesional en el área de la salud, específicamente en el área de bioanalisis, me enfrenté ante una de las pandemias más grandes y brutales a nivel mundial, pero a pesar de la lucha contra algo desconocido, arriesgando nuestra salud y la de nuestras familias, en la parte humana tenia temores al igual que toda la población donde resido. Aun así continuamos brindando el soporte que la población de la región necesitaba.
Una de las experiencias más difíciles a las que tanto quién suscribe cómo los compañeros tuvimos que enfrentar fue la de contagiarnos pues debíamos tener contacto directo con los afectados.
Realizar pruebas de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) Covid-19, a un paciente en estado grave y en algunas ocasiones verlo morir en nuestras manos fue varias veces escenario de desasosiego y pesar para los familiares ante un estado de impotencia sin poder ni siquiera llorar a plenitud por la ida a destiempo de sus seres queridos.
Los parientes de las victimas no podían recibir ni el consuelo solidario de sus amigos, mientras al término de cada jornada salíamos desconcertados por el
temor de haber sido contagiado y al mismo tiempo contagiar a nuestros seres queridos.
Pasaron los días hasta que muchos de nosotros entres las que me incluyo, fuimos alcanzados por el virus luchando por salvar vidas.
En el ámbito laboral me siento orgullosa de haber arriesgado hasta la vida brindado servicio a la comunidad como profesional en el área de la salud, en este caso como bioanalista, dando gracias a Dios de que estamos vivos y felices de seguir dando lo mejor de nosotros en favor de los pacientes que hoy pueden contar la triste experiencia.
Fuimos héroes y heroinas y continuamos por la vocación, luchando por la salud de nuestras gentes sin importar los riesgos que debamos enfrentar.
