Por Ariel Castillo
Hoy en día ante la pandemia (COVI-19) que nos afecta vemos como nos hacemos más humanos con los demás, más sensible, vemos verdaderamente que somos frágiles cuando ocurren hechos de lo que no tenemos el control de que pueda ocurrir y nos hace unirnos para afrontar las adversidades para salir adelante.
Nos preocupa la vida de los demás más que la situación económica y lo material, oramos más a Dios para que nos escuche porque si no somos nosotros, puede ser un familiar, un amigo, un vecino o alguien conocido.
¡Pero qué ocurran estos casos! ¿Es bueno o es malo? Hoy en día vemos como padres que nunca tienen tiempo para compartir con sus hijos momentos de calidad mayormente por el trabajo o de otra índole, están abrazados, jugando una mano de el famoso juego de Parche, de Domino, viendo una película, socializando diferentes temas. Entre otros. Son momentos de alegría, de felicidad que no tienen precio y es ahí cuando nos damos cuenta que no todo es dinero, que lo material es lo menos importante. Que compartir en familia, dedicarle tiempo al prójimo, llevarnos bien con los demás y consigo mismo, es lo que realmente vale.
Aprovechemos en casa estos momentos para reflexionar.