De la forma en que se están manejando cada día los políticos tradicionales en el quehacer de esta actividad en la Republica Dominicana; evidencia claramente que estos están llegando a su fin, ya que, hay un pueblo que observa y escucha de manera permanente y cuando ya esto se torne insoportable, se le pondrá fin a la magia de estos actores del sistema de Política Nacional.
Cómo es posible que la gente solo tenga valor para los tiempos de las campañas Políticas en un país donde fruto de diversos factores que se han dado, se vive en un grado de pobreza sorprendente y que no se ve, amenos un gran proyecto para erradicar este flagelo que padecen tantos ciudadanos.
Bueno, este humilde artículo puede lacerar de manera muy profunda heridas de gente que sabe muy bien que no está haciendo las cosas con la justeza que realmente amerita, pero alguien tienen que decir algo.
Ya basta de tanto engaño, de falsos representantes, son muchos los pueblos del país que escogieron a personas para que les representen y que hoy están llorando lágrimas de sangre y que están esperando otra oportunidad para votar encontra de aquellos que una vez prometieron representarlo con toda la altura y gallardía posible; eso no ocurrió, no se han manejado a la altura que esperaban sus electores.
En algún momento llegará la oportunidad para que los carentes de recursos puedan optar por una posición que sí van a desempeñar con el carácter que se deben cumplir los compromisos y que los electores sientan que realmente valió la pena.
Lo peor de todo es que aquellos que suelen llegar a ser beneficiados por el pueblo, no quieren dejar pasar a nadie más, se contagian de la seguidilla.
En nuestra sociedad hay hombres y mujeres valientes, preparados, honestos y con todos los requisitos para poder desempeñar una buena labor, ahora bien, si no existe el factor económico para fundamentar un proyecto, no hay forma de que ese talento pueda desarrollarse.
Da pena que el clientelismo sea el único dueño de todo el escenario y que con los mismos recursos del pueblo se les impongan a personas sin las suficientes condiciones y cualidades para representar no a una demarcación, ni siquiera a la cuadra donde viven.
Por Gilberto Mateo