HUIXTLA, MÉXICO.– Gracias a la fe en Dios y pese a su dura retórica, los migrantes creen que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, permitirá la entrada de la caravana centroamericana a Estados Unidos, un éxodo que puede favorecerlo electoralmente.
“Estas caminadas de kilómetros y días; todo tiene su precio en la vida. Pero Donald Trump va a entender, estando en la frontera, que nosotros no somos delincuentes. Somos humanos y somos los mejores trabajadores”, señaló César a Efe, un hondureño de 24 años participante en este movimiento que comenzó el 13 de octubre en San Pedro Sula.