Este próximo 16 de agosto se cumplen dieciocho años de la muerte de uno de los dictadores más infame de la historia contemporánea, Idi Amín, quien fuera presidente de Uganda entre 1971-1979 y gobernara ese país con mano de hierro durante ocho largos años.
Con relación a su fecha de nacimiento existe un desfase, algunos de sus biógrafos dicen que nació en 1925, otros en 1928 pero, de lo que sí se está seguro fue que nació en Kampala capital de Uganda. Nativo de la tribu de los Nubios, una agrupación subversiva que luego sirvió de refuerzo a los británicos para cometer grandes abusos contra el pueblo Ugandés.
Amín se alistó al ejército británico a los 18 años y por su gran estatura, voluminoso cuerpo y poca formación académica fue tomado en cuenta para ciertas misiones militares que incluían la ejecución de civiles y grupos armados que desafiaban la autoridad británica. Inglaterra ocupó Uganda en 1894.
Su primera misión militar fue en Kenia, el objetivo era controlar un grupo armado denominado Mau Mau. Como miembro del ejército británico masacró a los Kenianos y fue ascendido a Sargento. En 1962 Inglaterra otorgó la independencia a Uganda pero, el imperio necesitaba mantener el control militar en el país recién liberado y al no confiar en Milton Obote, primer ministro de Uganda en ese momento, Amín fue ascendido a oficial y se convirtió en la primera persona en lograr tal posición en su país.
Con la salida de los británicos de Uganda, Obote se convierte en presidente y Amín en jefe del ejército. Una vez asumió, Amín fue implacable; en una ocasión le tocó dirigir una misión para controlar el robo de ganado y en un acto deliberado asesinó a seis personas, cuando lo que ordenaba la normativa existente era arrestarle y castigarle con prisión.
Obote, se hizo de la vista gorda ante tal aberración y prefirió no juzgar a Amín, ese sería su más grande error y se arrepentiría toda su vida.
Otros de los grades asesinatos perpetrados por Amín fue la masacre de los Kabaca, un grupo armando que propugnaba cambios en ese país. Obote desautorizó a Amín a atacar pero, este desobedeció la orden y masacró más dos mil rebeldes y lanzó cientos al Nilo.
Obote sentía temor de Amín, e intentó destituirlo en varias ocasiones pero, no tuvo éxitos. Amín tenía el control del ejército y de los servicios de inteligencia. En 1971, el presidente Ugandés viajó a Singapur, a una reunión de naciones y desde allá envió un telegrama para que apresaran a Amín pero, ocurrió algo inesperado; el telegrama fue interceptado por Amín, pues mantenía una relación amorosa con la secretaria de Obote.
Al día siguiente tomó el control del país mediante un golpe de estado, e inmediatamente comenzó a tomar medidas represivas contra el pueblo de Uganda entre estas: clausuró el congreso, e implementó la ley del talión «ojos por ojo, dientes por dientes». Con esta última medida recrudeció la dictadura, e inició una brutal cacería contra sus adversarios.
En su intento desesperado por conseguir armas para reprimir más a su pueblo, viajó a Inglaterra pero, no recibió apoyo. Indignado pactó con su viejo aliado Muamar Gadafi, presidente de Livia. Muamar le dotó de armas con la condición de que expulsara a los Israelíes de Uganda en un plazo no mayor de tres meses, y así lo hizo.
Los desaciertos de Amín
1- Desterrar los Israelíes de Uganda y entregar el comercio y las grandes tiendas a los Ugandeses, teniendo como resultado en poco tiempo una debacle económica.
2- Derrochó cientos de millones de dólares con sus tres esposas y sus veinte hijos, mientras el pueblo moría de hambre.
3- En 1976 apoyó el secuestro de varios Israelíes en suelo Ugandés, días después en una operación encubierta Israel rescató a los rehenes y asestó un duro golpe a la imagen de Amín y del gobierno; pues se vio ante el mundo y ante su pueblo como un presidente débil y decadente.
4- El 17 de febrero de 1977 torturó y asesinó al obispo anglicano Janani Luwum, por las fuertes críticas que este lanzaba contra su gobierno, esto creó una indignación social a gran escala.
Finalmente los hechos perpetrados por Amín hartaron al mundo y en un esfuerzo combinado de varios países, el presidente de Tanzania Julius Nyerere, invadió Uganda en 1978, desmoronando el régimen autoritario de Amín y ocho largos años de muertes, abusos y tortura. En 1979 huyó a Livia, luego a Arabia Saudita donde permaneció por más de dos décadas. Murió el 16 de agosto de 2003 a la edad de 78 años, de una insuficiencia renal, dejando un saldo de más 500 mil muertos y miles de desaparecidos a los que nunca se les hizo justicia.