El dengue en las Américas ha alcanzado el mayor número de casos registrados en la historia, con más de 2,7 millones de casos, incluyendo 1.206 muertes reportadas hasta finales de octubre de 2019, según la última actualización epidemiológica de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La mayor epidemia anterior de dengue fue en 2015, pero el número de 2.733.635 casos hasta la fecha en 2019 es un 13 por ciento mayor que los de 2015. El dengue grave se identificó en 22.127 casos. Los cuatro serotipos del virus del dengue están presentes en las Américas y la cocirculación de los cuatro fue reportada en Brasil, Guatemala y México en 2019.
Brasil registró el mayor número de casos, con 2.070.170 casos reportados, seguido por México, con 213.822 casos; Nicaragua, con 157.573 casos; Colombia, con 106.066 casos; y Honduras, con 96.379 casos.
Pero los países con las tasas de incidencia más altas, que relacionan el número de casos con la población, fueron en su mayoría centroamericanos: Nicaragua (2.271 casos por cada 100.000 habitantes), Belice (1.021 casos por cada 100.000 habitantes), Honduras (995,5 casos por cada 100.000 habitantes), y El Salvador (375 casos por cada 100.000 habitantes). El quinto país con mayor tasa de incidencia en las Américas fue Brasil, con 711,2 casos por cada 100.000 habitantes.
Recomendaciones
Dado el aumento de los casos de dengue y dengue grave en varios países de la región, la OPS recomienda que los países intensifiquen la vigilancia de la enfermedad, así como la vigilancia y control de los mosquitos que transmiten el dengue, involucrando a las comunidades en actividades de prevención y control.
La OPS también está proporcionando asesoramiento detallado sobre cómo manejar y tratar los casos de dengue, dado que “el reconocimiento temprano de los signos de advertencia en las diferentes etapas de la enfermedad es fundamental para proporcionar la atención médica necesaria y prevenir la progresión a la enfermedad grave”.
Ante un brote de dengue, la comunicación e información a la población resulta fundamental para acortar su impacto, ayudar a reducir los criaderos domiciliarios y para que las personas afectadas busquen asistencia médica oportuna, de manera de evitar formas graves y muertes por dengue. Los mensajes comunicacionales deben centrarse en la identificación de signos de alarma y la búsqueda de asistencia médica oportuna.
Además, añade la actualización epidemiológica de la OPS, la comunicación debe concientizar a la población sobre la importancia de implementar las intervenciones de control de vectores en sus hogares, de prestar particular atención a los pacientes febriles, y a las acciones especiales requeridas para el control vectorial, específicamente el control de los criaderos de mosquitos en las casas y sus alrededores, así como la protección personal.