Por: Rubén Moreta
Los mesianismos suelen surgir en situaciones de crisis sociales. En la actualidad, República Dominicana vive un estado de emergencia por la pandemia del coronavirus que mantiene confinadas en sus casas a la población; con cientos de miles de personas sin empleos ni salarios seguros o con remesas recortadas, por cuanto la frustración, desesperanza y melancolía los abaten. De repente, en medio de las tribulaciones, surge un “mesías” que dice ser enviado de dios y logra atraer y movilizar consigo a muchos creyentes.
La peregrinación que lideró el señor Mildomio Adames en Puerto Plata, es una expresión de mesianismo y religiosidad popular que sirve de catalizadora de la fe cristiana del pueblo puertoplateño. Es también, un andamio que sostiene la ilusión y esperanza de esos creyentes para mitigar la hostilidad de la actual pandemia de covid 19.
La romeria de este supuesto iluminado, que llevaba una cruz en su hombro y que decía portar un “mensaje divino de sanación del coronavirus”, es una expresión de oscurantismo, ineducación y estiaje intelectual de nuestro país. Pero el elemento más negativo de este pintoresco espectáculo del domingo 26 de abril del 2020, es que se instrumentalizó políticamente. A nivel local, el nuevo alcalde puertoplateño del PRM, Diomedes Roque García, validó la peregrinación creyendo que eso le sumaba apoyo. Pero igual rédito político le está sacando el PLD, que lo extrapoló y difundió a nivel nacional, para proyectarlo como evidencia de ineptitud de los del PRM para dirigir la cosa pública, tomando en cuenta que el nuevo alcalde está recién instalado. En fin, nuestros políticos trafican con todo: con las supersticiones, con la fe, con la pobreza, y sobretodo, con la ignorancia de la gente.
Estemos atentos, porque en más lugares pueden surgir otros especímenes mesiánicos, paridos del miedo e incertidumbre con que vivimos hoy. Ojalá no surja uno en San Juan.
El autor es Profesor UASD.
