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San Juan de la Maguana

CUANDO EL BARCO DE PAPEL SE HUNDE

CUANDO EL BARCO DE PAPEL SE HUNDE:
La Fragilidad de nuestra Paz.

La paz interior es un tesoro invaluable, un estado de serenidad que nos permite enfrentar la vida con calma y claridad. Sin embargo, es asombroso lo frágil que puede ser esta paz, similar a un barco de papel que flota en un mar en calma, pero que puede hundirse con el más mínimo golpe. En un mundo lleno de distracciones y tensiones, es fácil perder de vista ese equilibrio interno que tanto valoramos.

Las pequeñas preocupaciones diarias pueden actuar como tempestades que sacuden nuestra tranquilidad. Recuerdo que a finales de 2001, mientras todos dormíamos juntos a mi madre, mi hermano recibió una llamada alarmante sobre Orlando, nuestro amigo de la infancia. Al escuchar que él había recibido un impacto de arma de fuego, preguntaba exaltado si lo habían matado, yo interpreté esa pregunta como una afirmación, lo que me dejó paralizado en la cama y me sumió en un estado de negación. Al llegar al hospital, vi a Orlando sentado en una camilla con una herida superficial, pero la confusión y el miedo inicial me llevaron a suplicarle a la doctora que no lo dejara morir y a jalar a nuestro amigo por el brazo.

Un comentario hiriente, una mala noticia o incluso el ajetreo del día a día pueden desestabilizar nuestro estado emocional. Esta fragilidad nos recuerda que nuestra paz no es algo que podamos dar por sentado; requiere atención y cuidado constante. Así como un barco de papel necesita condiciones favorables para navegar, nuestra paz interior necesita ambientes propicios para florecer.

Además, la comparación constante con los demás puede convertirse en una trampa que socava nuestra serenidad. En la era digital, donde las vidas ajenas parecen perfectas, es fácil sentirse insuficiente o descontento. Esta presión social puede hacernos olvidar lo que realmente importa: nuestra propia felicidad y bienestar. En lugar de permitir que estas comparaciones hundan nuestro barco, debemos anclarnos en la gratitud y la autoaceptación.

Para mantener nuestra paz a flote, es esencial cultivar hábitos saludables. La meditación, el ejercicio y momentos de reflexión son prácticas que pueden ayudar a reforzar nuestro bienestar emocional. Al igual que un barco necesita reparaciones regulares para seguir navegando, nosotros también debemos cuidar nuestro interior para enfrentar las tormentas de la vida.

En conclusión, reconocer la fragilidad de nuestra paz interior nos invita a ser más conscientes y proactivos en su cuidado. No permitamos que nuestro barco de papel se hunda ante las adversidades; en cambio, aprendamos a construir un puerto seguro donde podamos resguardarnos y encontrar nuevamente la calma. La paz interior no es solo un destino, sino un viaje continuo digno de ser vivido.

Escrito por:
MIGUEL IVAN FRIAS JIMENEZ
Capitán del Ejército de República Dominicana
Psicólogo Industrial y Especialista en Terapia y Psicometría.

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