Por Rubén Moreta
La pandemia de covid 19 sigue su inverosímil itinerario de muerte y dolor. En el mundo hay casi dos millones de contagiados y más de ciento ocho mil han muerto. En República Dominicana hay casi tres mil infectados y cerca de ciento cincuenta muertes. En San Juan hasta -el domingo de pascua- hay catorce contagiados y tres muertos.
Lógicamente, en el país existe un subregistro de la covid 19, debido a que se hacen pocas pruebas (en promedio menos de doscientas por día).
Pero, en el contexto de esta pandemia hay tres elementos muy importantes, fundamentales según mi apreciación, que se han alcanzado: PRIMERO, el gobierno ha logrado construir un liderazgo fuerte para gestionar y mitigar la crisis sanitaria parida por el coronavirus; SEGUNDO, el pueblo ha sabido interpretar la magnitud del problema y ha asumido las medidas de confinamiento establecidas por los tomadores de decisiones, y en TERCER LUGAR, el sector empresarial y los ricos del país, han “abierto la cartera” y están haciendo importantes donaciones y/o contribuciones financieras para coadyuvar en la gestión de la pandemia.
En Santo Domingo, Santiago, San Francisco de Macorís y en casi todas las provincias, los comerciantes, empresarios, terratenientes y ricos en general, han aportado de su patrimonio dinero, comida o utensilios médicos. La pregunta del millón es: ¿Por qué los ricos de San Juan y los grandes empresarios, comerciantes y terratenientes no han abierto su cartera? ¿Cuándo lo harán esos cicateros?
Ah, solo recordarle a los roñosos ricachones de San Juan que “caja de muerto no tiene bolsillo”.
El autor es Periodista.
