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San Juan de la Maguana

César Chávez, líder sindical latino cuyo busto ocupa lugar privilegiado en la oficina de Joe Biden

 El busto del líder sindical Cesar Chávez, quien ha sido llamado el Martin Luther King hispano, ocupa desde este 20 de enero un lugar de privilegio la Oficina Oval de la Casa Blanca, desde donde despacha Joe Biden.

Chávez (1927-1993) fue un estadounidense de origen mexicano que desde la década de 1960 encabezó la lucha para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores del campo, principalmente en California.

Un hombre que, como pocos, fue capaz de movilizar a miles de personas de origen latino, lo que le ha valido ser recordado como ejemplo de la causa social de esa comunidad.

Su memoria ha sido celebrada con calles y barrios que llevan su nombre, varios libros, documentales y películas, e incluso un día festivo: el 31 de marzo.

Un héroe cuyo activismo también tuvo aspectos que muchos critican.

«Sí se puede»

Desde joven, Chávez tuvo que trabajar junto a sus padres en la cosecha de vegetales para salir adelante, algo que marcó su vida.

Luego de ser un líder campesino durante varios años, en 1962 se unió a la activista Dolores Huerta para crear la Unión de Trabajadores Campesinos (UFW, por sus siglas en inglés), el primer gremio rural con éxito en la historia de EE.UU.

La lucha por mejorar las condiciones para los trabajadores del campo los llevó a protestar pacíficamente en 1965 bajo el lema «Sí se puede».

Encabezó la histórica marcha de 1966 en la que miles de campesinos recorrieron los casi 400 kilómetros que separan las localidades californianas de Delano y Sacramento.

Y realizó una huelga de hambre en 1968 que le valió el apoyo de, entre otros, el político demócrata Robert Kennedy.

Durante un lustro movilizó a miles de trabajadores del campo de California, que hicieron que se extendiera por todo EE.UU. el famoso «boicot de la uva» que acabó obligando a los productores agrícolas a sentarse a la mesa a negociar.

Pero en este proceso fue que Chávez y su seguidores se vieron entrampados en un polémico movimiento que algunos han considerado «antiinmigrante».

Las «líneas de los mojados»

Mientras Chávez y su sindicato luchaban para mejorar las condiciones de los campesinos a través de huelgas, los productores traían desde México a inmigrantes indocumentados para que cultivaran los campos.

Las huelgas eran rotas entonces por otros migrantes latinos.

Eso hizo que desde la UFW se hicieran llamados para que los miembros del sindicato denunciaran ante las autoridades a los indocumentados que estaban haciendo fracasar las protestas. Y que fueran deportados.

El movimiento organizó en la década de 1970 las llamadas «wet lines» (o «líneas de los mojados») en la frontera sur de EE.UU. y México: consistían en patrullajes para impedir el paso de inmigrantes indocumentados.

Eso hizo que el líder sindical fuera criticado por presuntamente tener una «actitud antiinmigrante», aunque desde la UFW siempre han sostenido que nunca hubo distinción entre trabajadores documentados e indocumentados y que su fundador solo se oponía al boicot de las huelgas.

La periodista estadounidense Miriam Pawel, tras publicar el libro «Las Cruzadas de César Chávez» en 2014, dijo a BBC Mundo: «Fue un líder histórico y en muchos aspectos un héroe, pero los héroes también tienen defectos«.

«Es cierto que los indocumentados estaban siendo utilizados por los propietarios agrícolas para hacer fracasar las huelgas, pero sin duda se trató de una campaña controvertida y muchos miembros del sindicato se negaron a denunciar a los inmigrantes», apuntó entonces la periodista.

Su legado

Chávez murió en 1993, pero su sindicato sigue vigente.

Matthew García, profesor de la Universidad Estatal de Arizona y autor de un libro sobre Chávez, dijo a BBC Mundo que a fines de la década de 1970 el líder sindical se vio influido por el Movimiento Chicano, que se negaba a distinguir entre inmigrantes documentados e indocumentados y eso hizo que el líder sindical cambiara sus posiciones y apoyara los esfuerzos en favor de la reforma migratoria.

Abogó por la aprobación en 1986 de la Ley Federal de Reforma y Control de la Inmigración, que otorgó estatus legal cerca de tres millones de inmigrantes.

«Los latinos tienen la necesidad de crear héroes y de encontrar una especie de figura santificada en la que depositar sus sueños y sus esperanzas, por lo que mucha gente no quiere escuchar una versión diferente sobre César Chávez», dijo García.

El historiador asegura que, aunque cree que al final de su vida también se desentendió de este asunto y se dedicó a otros temas, como la lucha contra el uso de los pesticidas.

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