SANTO DOMINGO.-La población de Santo Domingo Norte ha elegido a cuatro alcaldes en igual número de elecciones, desde la división del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo hace 18 años.
A esos cuatro alcaldes la ciudadanía les ha cobrado en las urnas las promesas incumplidas y las malas gestiones que no han podido satisfacer las necesidades de la municipalidad, ya que todos han intentado reelegirse, pero ninguno ha podido repetir.info-demografia-sd-norte
El fenecido Daniel Carvajal Lois fue el primer síndico del municipio durante el periodo 2002-2006.
Lois era un nativo de Guanuma, un paraje a las afueras del municipio, colindante con la provincia Monte Plata, quien llegó a la sindicatura por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y que gozaba de una gran popularidad por su cercanía con las personas y las comunidades del municipio.
Fue quien construyó el palacio municipal y la estructura del gobierno municipal, por haber sido el primer responsable de la localidad, sin embargo, no logró la reelección en las elecciones de medio término del año 2006.
Su sustituto fue Jesús Félix, del Partido de la Liberación Dominicana, un hombre que llegó a la Alcaldía cuestionado por supuestos casos de corrupción y que además, al concluir su periodo en el año 2010, una auditoría de la Cámara de Cuentas determinó que hizo mal uso de 125 millones de pesos pertenecientes al Ayuntamiento.
Félix fue reemplazado por Francisco Fernández, del PRD, un propietario de estaciones de GLP que tuvo la “suerte” de gobernar el municipio por un periodo de seis años, gracias a que en su momento se decidió extender dos años a los elegidos a nivel municipal y congresual para que las elecciones generales se hagan cada cuatro años, y no cada dos como ocurría hasta entonces.
Francisco Fernández se caracterizó por un estilo de campaña que aun mantiene, que consiste en repartir dinero en efectivo de manera personal, sobretodo en tiempo de elecciones.
Esa gestión también tuvo fuertes cuestionamientos por supuesta corrupción, mientras que concitó un amplio rechazo de munícipes, que lo califican como un alcalde malo, por lo poco que hizo en favor del municipio durante su gestión de seis años.
Al final del mandato, la Cámara de Cuentas detectó que en su administración se malversaron más de 200 millones de pesos del erario público.